La paradoja permanece extendida en el cielo

Muchos olvidaron las profecías
y el carbón en llamas colmado de furia
cayo sobre la humanidad.
Aquel día la ciudad retrocedió
bajo el rugido de Armagedón
cuando sus habitantes parecían recoger
en un capullo de arrogante fisonomía
el aceite para sus lámparas.

Hoy la paradoja permanece extendida en el cielo
núcleos de hidrógeno que se fusionaron
en su igneo despertar.

El bosque desaparece
frente a la obscena radiactividad de los mercaderes
y se acumula en el aire lo táctil de los escombros.

La luz de mercurio
parece incubar descontroladas epidemias
el amor tiene un aroma rancio
que fatiga al cuero cabelludo.
Así se cae el pelo de tanta angustia
por alcanzarlo.

Pavorosas sombras deambulan por el planeta
en forma de huracanes y aguaceros marítimos.

Pero en el corazón de los robots hay cables
conectados al futuro
ellos copulan con otra máquinas
ellos funcionan con alegorías de consumo
La especie evoluciona bien en la planicie de asfalto
-dicen algunos expertos
cibernautas-


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